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Paraíso limpio, otra iniciativa con la que UCASAL impulsa la educación ambiental en entornos rurales

La Escuela N° 4.648 participó de una jornada práctica en el corazón del chaco salteño, más precisamente en el paraje El Gritao, donde se encuentra uno de los centros de investigación, experimentación y conservación más importantes de la Universidad Católica de Salta: Finca El Paraíso.

Las oportunidades también crecen en aquellos sitios donde la tierra pareciera no dar más frutos. Finca El Paraíso es un caso ejemplar. El proyecto, impulsado por la Universidad Católica de Salta (UCASAL) demuestra cómo transformar el conocimiento en acción, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales y cuidar el ambiente.

Ubicada en el municipio de Rivadavia Banda Norte, a más de 400 kilómetros de la ciudad de Salta, la finca cuenta con 4.369 hectáreas dedicadas a la conservación, la investigación y la educación ambiental. El espacio forma parte del compromiso de UCASAL con el desarrollo sostenible y la formación integral, por lo que combina ciencia, tecnología y responsabilidad social para fortalecer a la población local.

En este marco se desarrolla “Paraíso Limpio”, un proyecto de extensión vinculado e impulsado por la universidad que busca concientizar y accionar sobre el tratamiento de los residuos. La iniciativa pretende diseñar y construir una compactadora de envases plásticos y latas, así como también promover la separación en origen en el municipio de Coronel Juan Solá.

A su vez, “Paraíso Limpio” tiene como objetivo desarrollar un plan escolar referido a la separación en origen y reciclaje de los residuos domiciliarios a través de la colocación de un ecopunto en la Escuela Rural N° 4648. Es por esto que –como parte de ambos proyectos– UCASAL llevó adelante una Jornada de Educación Ambiental dentro de Finca El Paraíso.

Durante el encuentro, los alumnos participaron de talleres de dibujo, compostaje y reciclado, y aprendieron sobre la flora nativa característica del chaco salteño. A través de la actividad denominada “Mi mundo”, los estudiantes pudieron expresar de forma creativa su relación con la naturaleza y el lugar en el que viven, apreciando la riqueza del entorno que los rodea.

Otra de las actividades más significativas fue la “Búsqueda del Tesoro”, en la que los niños descubrieron que el premio era un ejemplar de Guayacán, un árbol nativo de gran importancia ecológica que ellos mismos plantaron en el predio escolar como símbolo de compromiso con la preservación de la flora autóctona.

Además, se llevó a cabo un taller práctico sobre separación de residuos. En este, los niños aprendieron la importancia de clasificar los materiales reciclables y orgánicos para reducir el impacto ambiental. Esta actividad permitió que los más pequeños comprendieran de manera práctica cómo sus acciones cotidianas pueden contribuir al cuidado del planeta.

Como cierre de la jornada, y para fortalecer el trabajo que realiza la institución, se hizo entrega de una compostera destinada a la huerta escolar. Esta herramienta le permitirá a la comunidad educativa gestionar sus propios residuos orgánicos y transformarlos en abono natural, cerrando el ciclo de la materia orgánica y enriqueciendo sus cultivos de manera sustentable.

El encuentro, que contó con el acompañamiento de la Dirección de Vínculos y Responsabilidad Social Universitaria, tuvo como objetivo fomentar el cuidado del entorno y la biodiversidad local a través de actividades formativas que permitieron conectar con la naturaleza y preservar los recursos.

Estas iniciativas buscan instalar capacidades y conocimientos prácticos en los más jóvenes, promoviendo una generación más consciente y responsable con el cuidado del ambiente. De esta forma, el proyecto de extensión “Paraíso Limpio” reafirma su deber con la educación ambiental y la construcción de una comunidad comprometida con la vida.