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En el marco de un compromiso activo con la inclusión y la equidad, UCASAL llevó adelante la Jornada de Buenas Prácticas en Trato Inclusivo. El encuentro propuso un abordaje integral y participativo sobre discapacidad, con un enfoque humano, interdisciplinario y transformador que reafirma el rol de la universidad como agente de cambio.
En tiempos donde la diversidad aún encuentra barreras, la Universidad Católica de Salta reafirma su compromiso con la inclusión. La Jornada de Buenas Prácticas en Trato Inclusivo fue una invitación a repensar los vínculos, revisar supuestos y construir, desde la empatía y el conocimiento, una comunidad más justa para todos.
El encuentro se realizó el pasado 2 de junio en UCASAL. Se trató de una instancia académica y formativa que puso en el centro la necesidad de construir una universidad, una ciudad y una sociedad más empática, equitativa y accesible.
Bajo la consigna “¿qué se debería hacer si…”, los supuestos indagaron y se involucraron en situaciones particulares; así, la actividad profundizó sobre aquellos casos de personas que presentan discapacidad visual, auditiva, intelectual, psicosocial y física.
La iniciativa se enmarcó en el cierre de las materias “Turismo Accesible – Parques Accesibles”, de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo; y “Seminario Turismo Accesible”, de la Escuela Universitaria de Turismo. En este contexto, la jornada contó con la participación activa del Centro de Orientación Educativa (COEDU), de estudiantes, docentes, profesionales y público externo.
La apertura de la actividad estuvo a cargo del decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Arq. Pedro Fernández, y del jefe de carrera, Arq. José Ginocchio, quienes subrayaron la importancia de formar profesionales conscientes del valor de la inclusión y capaces de transformar la realidad desde una mirada integral.
Las exposiciones ofrecieron un recorrido interdisciplinario que permitió abordar la discapacidad desde múltiples enfoques. La Lic. Patricia Pedrosa y la Lic. Pilar Torres Gálvez, representantes del COEDU, trabajaron los fundamentos de la psicología de la discapacidad, con foco en los casos de discapacidad intelectual y psicosocial. A continuación, la Lic. Carolina Ruiz y la Prof. Araceli María Rodríguez se refirieron al trato con personas con discapacidad auditiva.
La jornada continuó con la intervención de Jorge Canchi Estrada, estudiante de la carrera de Ingeniería, quien compartió su experiencia como persona con discapacidad visual. Por su parte, el Prof. Gustavo Gonza brindó herramientas concretas sobre cómo asistir correctamente a personas que se movilizan en silla de ruedas, mientras que la Prof. Arq. Alejandra María Ibáñez expuso pautas para el acompañamiento de personas que utilizan muletas, tanto de forma temporal como permanente.
El cierre estuvo a cargo del Dr. Martín Gerónimo, director del Instituto de Derecho para Personas con Discapacidad del Colegio de Abogados, quien analizó el tratamiento jurídico de la discapacidad y los desafíos institucionales en la garantía efectiva de derechos.
A lo largo de la jornada, se reafirmó una premisa central: todas las personas son iguales en dignidad, son diversas y forman parte activa de la sociedad. Promover prácticas inclusivas en los entornos educativos no solo implica brindar acceso, sino también generar condiciones reales de participación, expresión y desarrollo.
“Una sociedad inclusiva es aquella que reconoce que todas las personas tienen el mismo valor, sólo por la condición de ser humano, por lo tanto, dispondrá y habilitará mecanismos para asegurar la garantía de los Derechos Humanos”, analizó Ibáñez, una de las disertantes.
Por su parte, Araceli María Rodríguez, profesora sorda en lengua de señas, aseguró que, para hablar de cambios, es necesario primero poner en agenda las barreras que existen. Sobre el encuentro, dijo haberse sentido escuchada: “Todos pudimos hacer aportes orientados a mejorar la situación de las personas con discapacidad”.
En el mismo sentido, el profesor Gustavo Gonza, disertante centrado en discapacidad física, animó a toda la sociedad a involucrarse para dejar los prejuicios atrás: “tenemos los mismos derechos y oportunidades”, remarcó.
En un contexto de cambios acelerados, UCASAL asume el compromiso de educar con perspectiva de inclusión. Formar ciudadanos capaces de reconocer al otro, de comunicarse sin barreras y de actuar con autonomía y criterio propio es parte de una visión ética que sitúa a la persona humana como centro.
La Jornada de Buenas Prácticas en Trato Inclusivo no fue solo un cierre de cursada, sino también una señal de que la transformación cultural comienza con gestos concretos, con espacios de aprendizaje compartido y con un profundo sentido de responsabilidad social.
¡Escuchá a los involucrados!
