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UCASAL VENADO TUERTO. La virtualidad como puente para el aprendizaje continuo

María José Romero está en tercer año de la carrera de abogacía en una sede que se encuentra a 60 kilómetros de su pueblo por camino de tierra.

Cuando terminó el secundario, María José Romero estudió trabajo social, “fue por una cuestión económica porque no podía irme a estudiar a Rosario, que era a donde se iban todos mis compañeros que terminaron la escuela conmigo, mi única opción fue Venado Tuerto que se encontraba más cerca, porque vivo en una localidad muy pequeñita al sur de la provincia de Santa Fe que se llama Cafferata, y me recibí aquí de Trabajadora Social”, comentó la estudiante.

A sus 45 años, María José Romero decidió volver a las aulas para cumplir su sueño: estudiar Abogacía. “Fue algo que siempre había tenido pendiente, siempre dije que lo mío va por donde pueda colaborar a los demás con sus problemas. Lo tenía pendiente hace muchísimos años, nunca estuve al margen de la parte académica, hice especializaciones y diplomaturas, hasta que en la pandemia, me decidí a esto”, relató.

En septiembre del año 2020 inició su sueño, “buscaba en qué universidad inscribirme y la mejor opción me pareció UCASAL, en la sede de Venado Tuerto, por el tema de poder estudiar a distancia”, agregó, “la sede de Venado Tuerto está a 60 kilómetros por camino de tierra de mi pueblo y a 170 kilómetros por ruta”.

Pasó sus primeros años trabajando 6 horas y durante la tarde dedicando 4 horas a la facultad. “Así es mi rutina de lunes a viernes, a las 4 de la tarde me instalo frente a la compu hasta las 8 de la noche. Tengo la suerte de que mi familia me acompaña un montón. Ahora mis hijos están grandes, tengo un niño de 13 y otro de 16, pero mi esposo colabora un montón cuando yo viajo a la sede y me ausento por dos o tres días”, relató. Además, comentó que tiene una amiga “virtual”: “tengo una colega que se enganchó a estudiar conmigo, ella también es trabajadora social, somos amigas de toda la vida, vive a 200 kilómetros de mi casa, entonces nos conectamos vía meet para tomarmos una con la otra, porque eso ayuda un montón”.

“Si bien arranqué esto como un desafío personal, para que no me quede nada pendiente, pero, la verdad es que cada vez me enamoro, me engancho y me entusiasma más la carrera. Empecé porque a los límites se los pone uno, no hay que bajar los brazos”, finalizó.

Los sueños son para cumplirse, y María José no lo dudó. Está a punto de cumplir unos de sus objetivos de vida a pesar de los kilómetros de distancia que la separan de la sede más cercana. Todo es posible y ella es el ejemplo de que estudiar en modalidad digital facilita cuestiones que anteriormente se veían imposibles.