Ser profesor universitario ya es un desafío: clases, investigaciones, tutorías… y ahora, encima, la inteligencia artificial (IA) se ha metido en el aula como un torbellino. Como docente, estás intentando entender cómo usar esas herramientas nuevas, pero sientes que no das abasto.
El artículo “AI Burnout: How Teachers Can Cope” de eSchool News habla justo de esto: el estrés que nos está generando la Inteligencia Artificial y cómo manejarlo.
La IA está por todos lados en la educación. Desde plataformas que corrigen exámenes hasta herramientas que personalizan el aprendizaje, parece que hay que subirse al tren sí o sí. Pero, entre aprender a usar estas cosas, adaptar tus clases y seguir con tu rutina, es normal sentirse abrumado. Ese agotamiento por IA es real: es como querer correr una maratón sin haber entrenado. El artículo explica que este estrés viene porque la IA avanza rapidísimo y los profesores sentimos presión para no quedarnos atrás, mientras seguimos con mil responsabilidades.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Lo primero, es calmarnos y establecer límites. No tienes que ser un experto en IA de la noche a la mañana. Elige una o dos herramientas que te sirvan para tus clases (como una que te ayude a crear actividades o analizar datos de estudiantes) y dedícale un tiempo fijo a aprenderlas. Nada de intentar dominar todo a la vez. Por ejemplo, reserva 30 minutos a la semana para probar algo nuevo, y punto. Esto te ayuda a no sentir que la IA te está comiendo vivo.

Otra clave es enfocarte en aprender de manera práctica. Olvídate de los manuales eternos o los cursos súper técnicos. Busca talleres cortos, videos en YouTube o incluso pídele a un colega que ya use IA que te explique cómo lo hace. La idea es ir probando poco a poco, aplicando lo que aprendes directamente en tus clases. Por ejemplo, si usas una herramienta de IA para crear cuestionarios, empieza con algo simple y ve viendo cómo funciona con tus estudiantes.
También es súper importante no sentirse solo en esto. Busca comunidades de profesores, ya sea en la universidad, en foros online o en redes sociales. Hablar con otros que están en la misma te ayuda a compartir trucos, desahogarte y hasta reírte un poco de los tropiezos. Hay grupos en X o en LinkedIn donde los docentes intercambian ideas sobre IA, y eso puede ser un salvavidas.
Por último, no hay que perder de vista lo que importa: enseñar bien. La IA es una herramienta, no el jefe. Si sientes que te está estresando más de lo que te ayuda, frena un momento, respira y recuerda que tú controlas cómo y cuándo usarla. No se trata de ser el más tecnológico, sino de usar la IA para que tus clases sean mejores sin sacrificar tu paz mental.
En resumen, el agotamiento por IA es normal, pero no tiene que ganarte. Establece límites, aprende a tu ritmo, busca apoyo y recuerda que la prioridad son tus estudiantes, no la tecnología. Si te organizas y vas paso a paso, la IA puede ser una aliada en lugar de una carga.
¿Cómo lo estás llevando?
Fuente: