En la Historia hay muchas cosas que se creen que fueron de determinada manera y no fue así. A veces es por simplificación, otras veces por errores, pero también debido a objetivos o tácticas ideológicas.
En la Historia se pueden aceptar visiones contrapuestas, pero siempre con objetividad, honestamente, no con segundas intenciones. La clave está en el camino para buscar la verdad.
La historia es el pasado del presente. Si en el Presente hay interpretaciones distintas sobre un mismo hecho, en la Historia es igual. El problema es que solo perdure una única versión histórica y ésta, tal vez, sea la errónea, la que no es verdad o por lo menos la que se aleja de ella.
Veamos dos ejemplos para evaluar si realmente conocemos lo que ocurrió en el pasado o si aceptamos versiones sesgadas o incorrectas:
La Revolución Francesa. Uno de los procesos más famosos de la Historia. A la Revolución Francesa se la conoce como un hito de la libertad, la igualdad y la fraternidad…sin embargo se omite o minimiza que durante este proceso ocurrió el primer genocidio de la Edad Contemporánea. El de la región de la Vendée, donde se masacraron más de 170.000 hombres, mujeres y niños. Recién en el año 2023 empezó a divulgarse más sobre este hecho y fue por una película.
El otro ejemplo: a veces se cree algo sobre un personaje famoso de la antigüedad pero sin pruebas documentales. No digo que no haya sido así pero las pruebas…dónde están? Es el caso de obras atribuidas a Aristóteles. ¿Cuáles son los documentos que acreditan que él las escribió? ¿Es una fuente contemporánea de la época en la que vivió, del siglo IV AC? O por lo menos cercana? No, el documento más antiguo sobre sus obras es del siglo X DC, 14 siglos después de cuando vivió y no solo eso sino que es de una traducción del árabe, que proviene, seguramente, de copias y copias y copias a lo largo de esos 14 siglos. ¿Sin errores? ¿Sin cambios?.

Volvamos al Presente. Hoy, con el avance tecnológico, con lo digital, con Internet, con la IA nos enfrentamos a nuevos dilemas con las posibles explicaciones históricas erróneas, especialmente en los colegios secundarios, base del estudio de las personas.
No es un secreto que el acceso cada vez más simple a los materiales disponibles en la web a menudo lleva a que los alumnos de la escuela media y de la universidad acepten explicaciones históricas sin un sentido crítico.
Este tipo de problema de las explicaciones erróneas viene desde siempre. No es nuevo. Por ejemplo los manuales de los colegios secundarios de épocas atrás, de fácil acceso, que presentaban como real lo que aparecía en ellos.
¿Recordamos los manuales, “los libros de Historia del Secundario”? ¿Ibáñez? ¿Astolfi? ¿el Resumen Lerú? Los más veteranos tal vez los recuerden o se los hayan contado. ¿Y los más jóvenes recuerdan de los manuales de Santillana, Kapelusz, Tinta Fresca y tantos otros? Las editoriales tenían buenas tácticas para difundirlos. Y lo que estaba escrito en ellos comúnmente quedaba como definitivo.
Y si vamos a épocas anteriores encontraremos que cada generación quedaba, en líneas generales, con lo que se les enseñaba, con pocas posibilidades de confrontaciones interpretativas.
Entonces, ¿Los problemas son siempre los mismos? ¿Lo que cambia solo es la tecnología?
¿”Lo único nuevo es la historia que no conocemos”?
Tal vez en la actualidad se puede cambiar esta frase, ya que hoy se puede crear y conseguir material en segundos y accesible instantáneamente. Y revertir la tendencia de no conocer los datos reales y las explicaciones dadas sin análisis crítico. La cuestión es cómo hacerlo. Lo simple sería pensar que la IA tiene toda la solución. En Historia todavía no es así. Los resguardos éticos y legales y las distintas opiniones sobre el pasado generalmente llevan también a simplificaciones históricas.
A los estudiantes de la escuela secundaria generalmente les faltan habilidades críticas para evaluar la validez de las explicaciones históricas encontradas en la web.
En este contexto, después de aplicar la Metodología del Pensamiento de Diseño, se pueden proponer, entre otras, soluciones prácticas a las informaciones históricas erróneas:
“Plataforma de Evaluación y difusión de Contenidos”. Es importante desarrollar una plataforma en línea donde los profesores y estudiantes puedan evaluar la precisión y la confiabilidad de los recursos de enseñanza de la historia. Esto ayudaría a identificar y promover materiales educativos de alta calidad. Acá sería clave la participación de las instituciones serias a través de sus cátedras de Historia y de proyectos de investigación.
“Programas de Capacitación Docente” para el uso de fuentes históricas confiables y en estrategias efectivas de enseñanza de la historia en la educación digital.
“Comunidades de Aprendizaje en Línea” donde docentes y estudiantes puedan discutir y compartir buenas prácticas, recursos y enfoques para abordar el problema de las explicaciones históricas erróneas.
“Participación de las instituciones educativas en las redes” con opiniones fundadas sobre distintos temas históricos. Como hay que tener resguardos éticos con la IA hay que tener resguardos históricos para el pasado.
El problema que queremos solucionar es principalmente para los alumnos secundarios (y por qué no de los primeros años de la universidad) . Pero todos fuimos alumnos secundarios. ¿Y lo que aprendimos estaba bien? ¿Seguimos creyendo lo que nos enseñaron? No nos quedemos con las ideas que nos dejaron en el secundario sin pensamiento crítico. Utilicemos también nosotros estas propuestas. La IA está dando respuestas pero tiene sus sesgos.
Hay que tener mucho cuidado con las explicaciones históricas erróneas. Hay una frase, que se dice que dijo Napoleón, que dice así: “La Historia es una serie de mentiras aceptadas”. Pero no hay una prueba documental de que Napoleón haya dicho esta frase, como tantas otras. Pero convengamos que la frase es contundente. Pero no, los hechos fueron de determinada manera. Y esos hechos del pasado al abordarlos se vuelven presente y por lo tanto nos influyen hoy. Es por esto que también tienen que ser lo más confiables posible. Busquemos la Verdad en la Historia. La Verdad nos hará libres.